1. Disfrutar de la búsqueda. Si hemos organizado todo con antelación, no hay razón alguna para agobiarse porque no encontremos el vestido a la primera. Relajarse y disfrutar de la ‘caza y captura’ del traje de novia es uno de los momentos más entrañables y divertidos para las novias, que buscan el segundo flechazo de sus vidas.
2. Confíe en su instinto. Muchas novias sienten un pálpito cuando encuentran ‘ése’ vestido que es diferente a los demás: ya sea porque les sienta como un guante, porque sea especialmente confortable o porque se transformen en princesas al llevarlo, la intuición es una de las mejores amigas a la hora de elegir el modelo ideal.
3. Aunque es normal llevar ideas preconcebidas, no resulta extraño que la novia al final se decante por un look o corte inesperado. El secreto está en dejarse sorprender, y probar con todo tipo de vestidos, incluidos los que a primera vista pensemos que no nos van a sentar bien.
4. Las revistas de novias, webs especializadas y foros son una guía perfecta para las que anden más desencaminadas. En nuestros especiales podrá encontrar todas las tendencias en vestidos de novia de cada temporada.
5. Acuda a la tienda acompañada por una o dos personas de confianza: verán el vestido desde todos los ángulos, y le ayudarán a tomar la decisión correcta.
6. No se conforme con cualquier vestido: es un día muy especial, y es preciso estar radiante, a gusto y libre de dudas. Visite por lo menos cuatro tiendas diferentes antes de decidirse.
7. Tener en cuenta el tipo de ceremonia que vamos a celebrar ayuda a acotar la búsqueda: la estación, el lugar, la hora... Este tipo de factores tienen que ver sobre todo con el tejido: los ambientes húmedos o demasiado secos, por ejemplo, pueden dañar los más delicados.
8. Acuda a las pruebas ataviada con zapatos de tacón similar a los que llevará el día de su boda: alto, medio, bajo, con cuña, sandalia...
9. A menos que se disponga de dos vestidos, uno para la ceremonia y otro para el banquete, lo más normal es que el que elijamos se convierta en nuestra segunda piel durante todo el día. Los vestidos de novia son prendas aparatosas, así que pruebe a realizar con antelación todo tipo de gestos: sentarse, levantar los brazos, bailar...
10. Ser conscientes del propio cuerpo. Aunque tengamos planeado seguir una eficiente dieta, hay que tener en cuenta que no sólo la talla influye a la hora de escoger el vestido: la altura, la forma de los hombros, el tamaño del pecho, la proporción de cintura y cadera... Todo influye a la hora de seleccionar el escote o caída adecuados. Ser crítica con una misma, y saber potenciar nuestros puntos fuertes, nos ayudarán a la hora de dar con el vestido perfecto.
Fuente: http://www.hola.com/
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